

Tarima de olmo negro colocada en un bar en el centro de Madrid, por ser un edificio histórico,el dueño me pidió una tarima que tuviera las vetas del castaño pero con color mas oscuro. Además también me pidió envejecer la para que tuviera un aspecto como si estuviera ahí toda la vida. Tras una larga búsqueda decidimos hacer la tarima de olmo negro. La madera de este árbol, antes muy común, está desapareciendo por culpa de una enfermedad que le ataca La tarima está montada con dos anchos, 14 y 8, la tarima fue tratada con un proceso industrial de tratamiento de la madera que, sin recurrir a agentes químicos, le proporciona una mayor resistencia a la pudrición y a los agentes atmosféricos, y una mejora en la estabilidad dimensional frente a los cambios en las condiciones ambientales.
La madera se expone a temperaturas de 190-250°C durante varias horas y luego se enfría y acondiciona cuidadosamente, en un proceso que puede durar entre 20 y 50 horas. De esta manera la humedad de equilibrio se reduce un 10-60% comparada con la de la madera sin tratar, las deformaciones debidas a la humedad son un 30-90% menores y la capacidad de absorción de líquidos disminuye. En contrapartida, la resistencia mecánica puede verse ligeramente afectada en los tratamientos más intensos.
Este proceso también mejora las cualidades aislantes de la madera, cuya superficie se endurece y adquiere un tono más oscuro.
Hay cinco niveles de tratamiento según el uso que se vaya a dar a la madera. Se pueden aplicar a muchas especies, aunque las que habitualmente se tratan son el pino, la picea y el pino insignis, todas ellas con la certificación PEFC (Pan European Forest Certification).